viernes, 2 de enero de 2009

martes, 30 de diciembre de 2008

Recto y Ano.

Última parada de nuestro viaje recto y ano.

El recto es la parte final del intestino grueso y tiene una longitud de entre 12 a 15 cm, normalmente está vacío, excepto antes y durante la defecación. Por último las heces fecales salen a través del ano.

Las heces se acumulan en una especie de bolsa, llamada ampolla rectal, en este momento la estimulación defecatoria se inicia a través de receptores de estiramiento del sistema nervioso vegetativo situado en las paredes rectales. La necesidad de evacuar se puede presentar 3 veces al día o varias veces por semana, esto depende de cada persona y del tipo de alimento consumido.

La consistencia y cantidad de las heces pueden alterar el mecanismo de la defecación, por ejemplo: si las heces son abundantes y están saturadas de agua, podrían llegar a vencer la capacidad de atrasar la defecación y provocar el escape involuntario de las heces (diarrea). Y en el caso de que las heces lleguen en cantidades pequeñas, duras y secas hará que el recto no perciba su llenado y no se envíe la señal adecuada para defecar (estreñimiento).

En el ano existen dos tipos de esfínteres, el interno y el externo.

  • El interno es el responsable del mantenimiento de la presión basal de reposo del canal anal, esta actividad no es registrada en forma consciente.
  • El externo es un músculo estriado y voluntario. La contracción de este músculo puede durar hasta 60 segundos, después de este tiempo presenta fatiga. Este músculo es el que nos permite aguantar o retener la necesidad de evacuar a través de contracciones voluntarias, lo que significa que podemos controlarlo.

Otra función anal es la sensibilidad que nos permite de forma consciente e inconsciente identificar la presencia de gases, líquido o sólido.

El recto puede retener volúmenes de 10 a 20 cc, hasta un máximo de 300 cc. Iniciándose allí lo que se conoce como “urgencia” evacuatoria.

Una vez terminada la acción de defecar, se produce una contracción del esfínter externo y del puborrectal alargándose el canal anal y retomando el ángulo anorrectal (forma previa a la evacuación).


Funciones del intetino delgado y grueso.

En el intestino delgado se cumple con la misión de absorber los nutrientes necesarios para el cuerpo y en el intestino grueso, los residuos que quedaron de esta asimilación se convierten en heces.